octubre 20, 2011

No sé en qué pensaba cuando te dije
Que no anduvieras conmigo.
Lo recuerdo bien, tan claro,
dentro del auto
en Córdoba y Tres Sargentos.
En mi defensa diré
que no te quise perder.
Que lloré.
Caí herido. Me embriagué.
Y creía escucharte en la radio.
O verte en la televisión.
O las nubes me traían tu figura.
Nuncá borré el número de teléfono
de tu casa, de tus viejos.
De tu nueva casa.
Pasó el tiempo.
Nos vimos otra vez.
No hay palabras que suturen
la vida sin tu nombre.