abril 24, 2012

Despierto sentado en la silla eléctrica.
Tu sombra enfrente.
Tu cuerpo detrás.
El sacerdote con su biblia
intenta salmos para ateos.
Te das cuenta que mi muerte
es también tu final.
Duelistas,
nos desafiamos
jugamos el uno al otro.
Tortura es lo que pudo ser y no fue.
El principio de todo fue negarnos.
La torpeza, repetir nuestro juego
sin cambiar las reglas.
Pero los dos sabemos,
acaso podría yo estar de pie,
vos sentada.
Y mi cuerpo detrás tuyo.
Amanece el vacío
la cárcel crepuscular.
No me despido.
Eternidad es tu memoria.