febrero 13, 2014

Una sombra en tu presencia luminosa.
Tus músicas como caballos de Troya.
Minúsculas cavilaciones que nadie ve.
En el sueño, un viaje furtivo
a una ciudad de un mundo que no es este.
Reglas jamás escritas de un juego
hasta llegar a tu cuerpo aquí.
El temblor azota las palabras.
Ya nadie pronombrea:
yo, tu, ella.